sábado, diciembre 31, 2005

The last song of the year



Y que todos tengáis un año 2006 tan especial como el que yo espero tener. Gracias por leer. Gracias por escuchar.


"Hope there's someone" de Anthony and the Johnsons

Se ha escrito tanto ya sobre Anthony que presumo inútil añadir nada más. No sé si será la mejor canción del año que se acaba (el 11 de enero la lista con lo mejor de 2005 en sincolumna), pero resume como pocas la sensación de angustia que a veces acompaña a las almas más hinchadas de mediocridad e indiferencia. A las buenas personas también. Las vuelve melancólicas y las mantiene al borde de ese abismo en el que dar un paso más significa echarse a llorar, aunque a veces no entiendan muy bien las razones del llanto. Anthony 1 - Isabel Coixet 0.

Y el año que viene más. Y probablemente mejor. Quedan una hora y cincuenta y cuatro minutos para que vuelva a dejar las uvas en la sexta campanada.








miércoles, diciembre 21, 2005

No necesito vivir demasiado tiempo









No quiero hacerme mayor. No lo necesito. Hacerse viejo, convertirse en anciano, no es mi estilo. Miro a derecha e izquierda y daría mi vida por decirle adiós al dolor. Y si alguien me avisase de que tendré que sufrir tarde o temprano, ese mismo día le pondría fecha al día de mi muerte. El miedo es vivir más de la cuenta, hacerse viejo, morir retorcido de dolor cuando sabes que tu cuerpo será incapaz de soportarlo más. El dolor sólo prueba que somos tan vulnerables como un corazón azotado por las canciones intensas. Los viejos mueren solos, ¿ya lo he dicho?, yo no necesito vivir demasiado tiempo. El dolor me asusta tanto...


"Just like heaven" de The Cure

Esta canción es como una enfermedad abolutamente devastadora. Una enfermedad causada quizás, por uno de esos virus que mutan y se cuelan en tu organismo, los que deciden por su cuenta que ya has durado suficiente. Esa mujer a la que Robert Smith le pide que explique el "truco" pueden ser mil cosas, claro, pero para mí es sólo un sueño. Una mujer a la que al principio imagino como la anciana de rostro pulido y sólo al final descubro que es una adolescente. Y que tampoco Robert tiene prisa por hacerse mayor.







Lo peor es el miedo a la muerte. Y sin embargo, sólo deberíamos temer al dolor.

viernes, diciembre 16, 2005

Pasado y presente







Por lo visto, la voz es lo primero que desaparece de nuestro cuerpo nada más morir. El cerebro, justo después de pasar a mejor vida, sigue lanzando impulsos eléctricos codificados que ninguno de nuestros nervios es capaz de asmilar. Nuestros ojos siguen captando imágenes de esa vida que ya no tenemos. Todo se guarda por última vez en un extraño disco duro de tropecientos gigas que se aloja en lo más profundo de la materia gris. Todo se guarda por última vez, a la espera del reseteo final.


"My way" de Frank Sinatra

Paul Anka le puso en bandeja a Sinatra la épica que a "la voz" le faltaba. Esta versión, que ya es un clásico imperecedero de la música, es la preferida de los familiares que tienen que enterrar a un pariente, allá en los EE.UU. "My Way" es tan maravillosa que incluso los 90 años que hubiese cumplido esta semana su mejor intérprete le hubiesen rendido pleitesía. El señor Sinatra sigue su camino.









"Les cerfs volants" de Benjamin Biolay

Los iniciados en la vida y obra de B.B., el francés de las manos de oro, saben porque "My way" va seguida de esta canción sin medida, tan ilusoria como conmovedora. Hasta la fecha, en mi modesta opinión y pese a los aciertos de "Negatif" (2003) y "A l'origine" (2005), es la mejor canción de un Biolay que padece esa enfermedad absurda de creerse genio y serlo antes de tiempo. Bueno, yo me entiendo. "Les cerfs volants" pertenece a su disco debut, "Rose Kennedy" (2001). Maravillosa obra prima que ya pertenece a la eternidad. París tiene a Benjamin Biolay. Gijón tiene a Nacho Vegas. ¿O son odiosas las comparaciones?









NOTA - La sección "Apaga ese Ruido", de www.sincolumna.com, quiere publicar vuestras listas con lo mejor de 2005, canciones nacionales e internacionales. Podéis enviar vuestras listas con lo mejor (y lo peor) a apagaeseruido@gmail.com.

sábado, diciembre 10, 2005

Los días tristes


Es diferente, pero es igual a todo lo demás. ¿Días tristes? No, sólo uno mismo los ve así de tristes. Es curioso darse cuenta de que ese momento que tú sientes tan triste, es quizás el más feliz para otro. Los paisajes son así, a cada uno le provocan una cosa diferente, para él era triste, para mí era tétrico.


"Les jours tristes" de Yann Tiersen

En la banda sonora de "Amelie", esa película tan asquerosamente maravillosa, era un pequeño peldaño instrumental de una obra completa arrebatadora. Pero ese mismo año, el bohemio hombre-orquesta Tiersen, la incluyó en un discazo tan impresionante como fue "L'absente". Y entonces comprendimos mejor las cosas. En esta ocasión tenía letra. Una letra interpretada por Neil Hannon. Esta canción también le acompañó en aquella gloriosa gira que acabó con los conciertos de "Good Bye Lenin".








Los días tristes se merecen una canción tan inquietante como esta, tan ambiciosa, tan especial, tan flemática. Sus conciertos en la Plaza Mayor de Gijón y en el FIB 2004, ya están guardados en mi memoria como irrepetibles.

No fueron días tristes.

jueves, diciembre 01, 2005

De compras


El último disco de Lori Meyers tiene una canción para ir de compras. Una canción de queja, de reproche y de castigo.


"Sus nuevos zapatos" de Lori Meyers

A ellas les gusta ir de tiendas, mirar escaparates, probarse mil cosas en mil probadores diferentes, les encanta, sobre todo, llevar a un chico al lado que les sujete el abrigo, que les lleve las bolsas. Ellas lo entienden todo de otra forma, pero lo entienden todo tan bien.








El segundo disco de los granadinos, "Hostal Pimodan", es bueno. Hay que escucharlo un poco más, claro, pero se intuye que de todos los caminos apuntados en el disco de debut, ahora han escogido el mejor.

Directos a lo mejor del año.