jueves, febrero 23, 2006

La historia también se escribe en las canciones











Alguien tendrá que escribir un día un libro, o algo, sobre lo que está pasando allí, en las Islas Británicas. Me pregunto a veces si la velocidad a la que nos movemos nos deja tiempo para mirar alrededor y ser conscientes de que algo está pasando... y nunca somo del todo concientes. Allí, en las Islas, se recrudece el mundo a base de guitarras y bajos, con baterías frenéticas y letras dulcemente enrevesadas. Son tantos (y algunos tan buenos) que asusta darle al play. Esto es sólo un ejemplo. El grupo que desafió a las discográficas antes incluso de fichar por ninguna. Rock y post punk del de antes, del de ahora. Y que nadie se lo tome como lo que no es. Las cosas, a veces, sólo pasan porque sí, porque tienen que pasar.


"When the sun goes down" de Artic Monkeys

Una vez me dijeron que te empiezas a sentir mayor el día que algunos de tus futbolistas preferidos son ya más jóvenes que tú (Etoo, Messi o Ronaldinho ya podrían ser mis hermanos pequeños), pero también ocurre (más si cabe) con los grupos que escuchas y te gustan a la primera. Artic Monkeys son más jóvenes que yo. Y lo más probable es que tengan más talento que yo. Qué le vamos a hacer. Disfrutar.

Sólo un disco, "Whatever peope say I Am, what's that I'm not", pero miles de copias de sus canciones circulan a traves de internet como si de un virus se tratase. El virus del rock crudo y descarado. Se merecn una oportunidad por canciones como ésta, porque te delantan y te elevan a ese cielo desde el que ver las peores cosas que ofrece la vida es, incluso, divertido.









Encerrado en tu habitación, los cascos a tope, los vecinos asustados.

miércoles, febrero 15, 2006

Nadie sabe si esta vez será verdad


Fue hace un par de años, en agosto de 2004. Yo esperando y él asustado. El síndrome de la clase turista que atesora este tipo fue, en aquella ocasión, una punzada de sarcasmos, abucheos e incompresión a medias. Él tiene algo que nosotros no tenemos. El tiene casi todo lo que nosotros adoramos. La magia viene envuelta en acordes, lágrimas y gritos versión pop.


"The First of the Gang to die" de Morrisey

Morrisey le ha vuelto a decir "sí quiero" al Fib Heineken. La primera vez que lo hizo dejó después a la novia plantada en el altar, (el mismo día que ésta cumplia 10 años), y de rebote también a los invitados. Finalmente, este verano, el mítico letrista y frontman de The Smiths, pisará el escenario verde (o en eso confiamos). Tal vez nos deje escuchar este himno de principios de siglo XXI.

La última vez, Morrisey, vi gente al pie del escenario que lloraba mientras retiraban las santas letras de tu nombre, una a una, como quién deshoja una margarita de pétalos pares. No lo vuelvas a hacer. Te lo advierto.






jueves, febrero 09, 2006

El juego de las parejas



El mundo de la música (el mundo en general) está lleno de parejas entre las que a veces merece la pena elegir. Liam Gallagher y su hermano Noel, Pete Doherty y Carl Barat o Brett Anderson y Bernard Butler. Podría nombrar también a Mortadelo y Filemón, Zipi y Zape o Wallace y Groomit. Hoy me quedo con Martin Gore, en detrimento de Dave Gahan.

"A question of lust" de Depeche Mode

Martes 7 de febrero de 2006. Concierto de Depeche Mode en Madrid, en un Palacio de Deportes a reventar. Una buena experiencia. Me dejó impactado la pose de Martin Gore, ese que se queda siempre tras el carisma que transmite Gahan. Que grandes son Depeche Mode. Sonó lo mejor de "Playing the Angel" (que es mucho), y lo mejor de una carrera tan apabullante como llena de gloria y oscuridad.

"A question of lust", interpretada por Gore (sólo ante el peligro), fue el primer bis de un concierto que merece la pena recordar. Para siempre.

Y en julio les veremos en el FIB.








miércoles, febrero 01, 2006

¿Me lo cantas o me lo cuentas?



Me pregunto si mis hijos tendrán en cuenta o escucharán el día de mañana a estos trovadores contemporáneos comandados por Colin Meloy (nombre ya sugerente de por sí), y si les provocará, como a mí, esa extrañeza que me hace sentir tan pequeño entre tanta historia y tanto relato de tintes gloriosos y efímeros. Ha vuelto el teatro del folk-dream-pop. Pasen y vean.


"We both down together" de The Decemberists

Acaban de editar su tercer álbum, "Picaresque", y confirman la tendencia al alza de un grupo diferente. Nadie debería apostar un céntimo por ellos a priori, porque Meloy (la cabeza pensante de este nuevo invento del pop independiente made in USA) era sólo un estudiante de literatura más bien rarito, con gafas de pasta y americana de pana con coderas, uno de esos que podrías imaginarte paseando atontado por cualquier campus universitario y rodeado de jovencitas de trenzas rubias encantadas con que pueda ser el nuevo profesor de narrativa clásica. Sin embargo, la personalidad de este geniecillo es lo suficientemente impredecible como para montarse un grupo y cantar lo que nadie canta. Canciones que son cuentos y relatos en sí mismos, ambientados muchas veces en el siglo XIX, capaces de trasladarte allí como si del invento de H.G. Wells se tratase. "Soy más un trovador que un artista, pero hacemos canciones pop, así que es normal que te denominen así", dice Meloy entornando los ojos para mirar por la ventana e imaginar el nuevo cuento, ese al que luego The Decemberists daran forma, música y color.

Esta canción revisa la fábula de Shakespeare. Jóvenes enamorados, familias enfrentadas, de distintas posiciones sociales. El amor y el suicido están a sólo unos pasos de allí, en los acantilados de Dover. Escritores, músicos y sobre todo, soñadores. Este mundo necesita de ellos.










Y es tan dificil encontralos hoy en día... (disco ultra recomendado para toda esta semana y la que viene).