Ya están donde querían estar

Ayer estuve en el concierto que algunos ya califican "del año": Coldplay en Madrid. Quizás alguien me pueda apoyar en mi tesis de que el último disco de los chicos buenos del pop no llega a la altura, ni del "Parachutes", ni mucho menos del "A rush of blood to the head". Seguramente (siempre según mi tesis) el tercer disco sea el peor de la banda en lo que llevan (poquito) de carrera. Y sin embargo, ahí les tienes, con el Palacio de Deportes de la calle Goya rendido a sus pies desde el principio. Yo, por lo de mi tesis, me quedo con la mejor canción del concierto de anoche.
"Clocks" de Coldplay
Le tengo manía y admiración, a partes iguales, a esta canción del segundo disco. Manía: porque es la melodía de mi despertador matutino (sonitono clocks al 4321), y admiración: porque ayer, en directo, estuvo tan a la altura como en el disco. No es "Yellow", no es "In my place", pero es un pedazo de canción.
Su último trabajo, el sobrevalorado "X&Y", gana con el directo, quizás porque es un disco mucho menos directo que los anteriores y necesita del apoyo de la gente en los coros para que crezca y suba hasta donde algunos lo quieren situar. De todas formas, son Coldplay los que ya están donde querían estar. Formaron esa banda para llenar estadios, emocionar a la gente y demostrar que se podía hacer algo diferente, que había vida después de U2, vamos. ¿Quizás olvidaban que ya existía Radiohead?
En definitiva, que sí, que el concierto fue de los de recordar, pero que también hay que saber poner a cada uno en su lugar.